sábado, 27 de julio de 2013

Una pareja feliz

Esta joven pareja es uno de los encargos de verano en los que he trabajado con mucho placer: se los ve muy elegantes y felices junto a su perrito.
Las damas primero: ella lleva un bonito vestido blanco y negro, con faja de seda negra, y chaquetilla de mangas largas.
Tiene una silueta envidiable, no les parece? Los zapatos, por supuesto, son negros, de tacón alto. 
El joven se ha quitado la chaqueta, lleva pantalón y zapatos negros, camisa blanca y corbata.
 El cinturón, al tono de los pantalones y zapatos, es de piel.
 Y por último, el benjamín que es el que más trabajo me ha dado!!! jajaja, los animalitos no son lo que hago mejor (ni hacía falta que lo aclarara, salta a la vista)...
 pero lo he hecho con mucho gusto, porque adoro los perritos, y se cuán importantes son para sus dueños! Una escena como la que tendrá esta joven pareja no estaría completa sin su adorable amiguito de cuatro patas!

lunes, 22 de julio de 2013

El pintor y su modelo

Este es un magnífico encargo, que me ha dado tanto trabajo como placer hacerlo. Y es, además, de esos encargos para los cuales una quisiera ser un genio maravilloso capaz de plasmar en fimo la expresión riquísima de los personajes...
En fin, que he hecho lo mejor que he podido, he disfrutado y me he emocionado yo solita en mi taller mientras los hacía, y aquí les presento el resultado.

El caballero es el conocido pintor cordobés Julio Romero de Torres, al que he retratado, a pedido de mi cliente, con su típico sombrero y capa negros, y sentado en la pose que le era característica.
 La capa cae suavemente en pliegues flexibles, no está pegada, porque debajo de ella lleva un traje completo, con camisa blanca y corbata negra.
 La paleta y el pincel son de madera muy fina, la pintura es el mismo óleo de secado rápido (Griffin Alkyd) que uso para los muñecos.
 He intentado plasmar la expresión de orgullo, casi soberbia, que muestra Romero de Torres en todos sus retratos.

La modelo es una fantástica criatura morena, inmortalizada en el cuadro llamado Chiquita Piconera
 La silla es una sillita normal que tenía aquí en mi atelier, su nueva dueña la tuneará para que se parezca a la del cuadro.
 El cabello, que no se ve en el cuadro, es sugerencia de mi cliente, es el peinado tradicional femenino de esa época.
 Es una muñeca fija, por supuesto, no tenía sentido hacerla movible, he tratado de reflejar exactamente la posición que tiene en el cuadro.
 Lo más dificil fue, es claro, lo que más me apasionó intentar, que es esa expresión, esa mirada dura y penetrante, que al mismo tiempo es de desprotección y de infinita ternura... 
Mañana iré a entregar en mano a su dueña estas dos pequeñas criaturas, con las que tanto he luchado, sufrido y gozado, y de las que me costará desprenderme :-)

lunes, 15 de julio de 2013

Encargos de verano (1)

Además de los belenes y mini-muñequitos para la Fiartil, también he estado ocupada con algunos encargos.
El primero que les muestro es esta encantadora viejecita que lleva su gato al veterinario, me la pidió una cliente habitual, para una escena de consultorio veterinario que está haciendo, estoy segura que estará muy bien instalada!
La señora lleva una falda a cuadros, blusa con puntillitas, abrigo grueso y pañuelo de seda en la cabeza 
El abrigo tiene botoncitos de fimo que hice yo misma. Le pasa un poquito la enagua (jiji), lleva medias gruesitas y zapatos confortables de piel. 
El transportín para el gatito es muy sencillo, lo hice en cartulina forrada en tela a cuadros, con una ventanita en cada lado, cerrada con un trocito de tul. 
 Por detrás está abierto, para que la nueva dueña de la muñeca pueda colocar allí el gatito o perrito de su preferencia, y cerrarla después con un puntito de cola.